En 1999 un equipo de biólogos captura al ultimo bucardo vivo de Pirineos, conocida como Celia. Se tomaron muestras de la punta de su oreja izquierda y del costado, para conservar su ADN. El ansia de los cazadores llevo a la extinción total en los Pirineos en el año 2000.
Tres años más tarde la especie resucitaría cuando se logro gestar en otra cabra un clon de la difunta Celia, que apenas resistiría por problemas respiratorios. Por unos minutos una especie extinta había resucitado. Se necesito implantar 350 embriones a unas 60 cabras para que solo 7 se gestasen y 1 llegase a nacer con malformaciones fetales.
En 2014 Aragón retoma el plan de clonación de Celia. Se embaraza a 2 cabras comunes pero los embriones mueren en la gestación. El proyecto de nuevo se queda sin financiación y se abandonan los intentos de clonación.
Los intentos de desextinguir una especie plantean dilemas éticos, a demás de la dificultad biológica por la ausencia de variedad genética de la especie (solo se tiene ADN de una hembra vieja y estéril, con alta consanguinidad y con cardiopatías congénitas)
Fuente: www.heraldo.es
El Pais
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